¿Cómo nace un Volcán?
Los volcanes son elementos fundamentales del paisaje terrestre y además son escénicamente muy atractivos, pero ¿qué es un volcán? ¿Alguna vez te has preguntado cómo se forman? En este artículo encontrarás estas respuestas, y aprenderás dónde puedes encontrarlos y cuáles son sus principales características.
16 Noviembre 2020 | Por Romina Gutiérrez
| Pulso eruptivo Complejo Volcánico Nevados de Chillán, 3.212 m s.n.m. Se ubica en la cordillera andina de la Región de Ñuble, Chile.
FOTOGRAFÍA DE JOSEFA CARRASCO
Palabras clave: Volcanes – Subducción – Puntos calientes – Divergencia de placas – Vulcanismo
¿Qué es un volcán? La palabra volcán proviene de “Vulcano», dios del fuego y de los metales, creador de armas y armaduras para los héroes en la mitología romana. Los volcanes son una de las múltiples manifestaciones superficiales de la energía interna del planeta. En palabras simples, podríamos describirlos como estructuras situadas en la superficie terrestre, formadas por la acumulación de materiales provenientes del interior de la Tierra y que con cierta frecuencia presentan actividad, arrojando gases o materiales como lava, ceniza y fragmentos de roca.
¿Dónde se encuentran? Los volcanes pueden nacer en diferentes zonas: en regiones donde dos placas tectónicas1 chocan y una de ellas se desliza por debajo de la otra (zonas de convergencia o subducción); en zonas de división de placas (divergencia), donde éstas se separan moviéndose en dirección opuesta y el material fundido del interior de la Tierra asciende hasta la superficie formando corteza2 nueva; y en puntos calientes (hot spots en inglés), que son zonas no asociadas a un borde de placa, sino más bien representan profundas estructuras de roca fundida que afloran en la superficie.
Los volcanes generados por convergencia de placas se forman cuando la placa oceánica es arrastrada por debajo de otra placa tectónica, que puede ser oceánica o continental. Este proceso se conoce como subducción y genera las fosas oceánicas3. La placa descendente alcanza una profundidad de 100-150 km aproximadamente, alcanzando una capa de roca semifundida y plástica4 denominada manto5.
En ese lugar, el aumento de temperatura y presión, acompañado por cambios mineralógicos y químicos ayudan a la fusión de la roca del manto para generar “gotas” de nuevo magma. Este magma, al ser menos denso que el medio que lo rodea, puede flotar, y así ascender desde el manto hasta la capa más externa de la Tierra (la corteza), donde se acumula formando cuerpos conocidos como cámaras magmáticas. Para alcanzar la superficie, el magma puede utilizar fracturas o fisuras, y luego generar una erupción.
|Glosario|
Son planchas de rocas sólidas compuesta por la parte superior del manto y la corteza terrestre. Estas se hallan en constante movimiento sobre la astenósfera, una zona más o menos viscosa del manto superior.
Es la capa que envuelve la superficie del planeta. Es la capa rocosa sobre la que nosotros podemos caminar y sobre la que existen los bosques, desiertos, lagos, ríos y océanos. Tiene un espesor que varía de 5 km, en el fondo oceánico, hasta 70 km en las zonas continentales.
Es una depresión profunda del fondo oceánico, formada por la subducción de placas tectónicas. Puede llegar a 11.000 metros de profundidad como es el caso de la Fosa Challenger o de Las Marianas.
Se refiere al estado físico de un material que se encuentra viscoso o fluido que se deforma con facilidad sin romperse.
Es la capa de la Tierra que se encuentra entre la corteza y el núcleo externo. Este se extiende desde la corteza (10-70 km de profundidad aproximadamente) hasta el núcleo (2.900 km de profundad).
Corresponde a todos los fenómenos relacionados con el ascenso del magma o rocas fundidas desde el interior de la Tierra a la superficie terrestre.
Es una larga zona (40.000 km) que rodea el océano Pacífico, comprendiendo desde la costa de Asia hasta América. Se caracteriza por concentrar las zonas de subducción más importantes del mundo, con una intensa actividad sísmica y volcánica.
De este modo, el vulcanismo6 en zonas convergentes permite el desarrollo de una cadena de volcanes alineados llamada “arco volcánico”, el cual se forma paralelo a la zona donde ambas placas convergen, a distancias de 200-300 km de la fosa oceánica, dependiendo del ángulo de subducción.
Las cadenas que se forman en la corteza continental, se denominan arcos continentales. Un ejemplo de esto son los volcanes andinos, que pertenecen al Anillo o Cinturón de Fuego del Pacífico7, una zona caracterizada por este tipo de vulcanismo, y por una alta actividad volcánica. Este grupo de volcanes emiten magma de mediana a alta viscosidad (de temperaturas de aproximadamente 700-950°C y de baja fluidez) y gran cantidad de gases, pudiendo generar grandes erupciones que emiten lava, fragmentos de roca y ceniza. Este es el comportamiento de los volcanes de Chile-Argentina, cuyo origen yace en la subducción de la placa oceánica de Nazca bajo la placa continental Sudamericana.
| Volcanismo en zonas de convergencia entre placa oceánica y continental, formando arcos continentales.
FIGURA DE ROMINA GUTIÉRREZ
Estos arcos volcánicos también se pueden desarrollar dentro del océano y dar lugar a cadenas de islas volcánicas (arcos insulares o de islas volcánicas), que generan erupciones de magma inicialmente muy fluido (poco viscoso y muy caliente, con temperaturas de aproximadamente 950-1200°C), construyendo estructuras semejantes a escudos en el fondo oceánico. Esta actividad comienza a una gran profundidad, por lo que los conos volcánicos deben expulsar una gran cantidad de lava antes de que sus cimas se eleven por encima del mar y formen islas.
La formación de estos grandes edificios volcánicos implica mayores problemas para que el magma fluido alcance la superficie, dando lugar a magma cada vez más viscoso. Así, el magma que alcanza la superficie tiende a generar erupciones cada vez más explosivas. Ejemplos de arcos insulares son las islas de Japón y Filipinas.
| Volcanismo en zonas de convergencia entre placas oceánicas, formando arcos insulares o arcos de isla.
FIGURA DE ROMINA GUTIÉRREZ
Por otro lado, los volcanes de bordes de placas divergentes se forman por el continuo ascenso de magma, debido a la expansión del fondo oceánico. Esta actividad añade continuamente rocas volcánicas nuevas en forma de flujos de lava, construyendo cadenas volcánicas conocidas como dorsales oceánicas. Cabe señalar, que este tipo de vulcanismo representa alrededor del 60% del magma terrestre.
Aunque la mayor parte de los centros de expansión están situados en las dorsales oceánicas, también existen zonas de fracturas continentales (rifts), como el Rift de África Oriental, donde la superficie terrestre continental se está separando. En esta zona, los volcanes se forman cuando el magma ascendente se mezcla con las viejas rocas del continente, volviéndose menos denso, pero también más frío. Un ejemplo es el monte Kilimanjaro en el rift antes mencionado.
| Volcanismo en zonas divergentes (dorsales oceánicas).
FIGURA DE ROMINA GUTIÉRREZ
Por último, los volcanes formados por puntos calientes ocurren en medio de las placas tectónicas, también denominado vulcanismo intraplaca. Las estructuras de material caliente que dan lugar a estos volcanes se denominan “plumas mantélicas” y corresponden a verdaderas “gotas” invertidas fijas, que nacen a cientos o miles de kilómetros bajo la superficie, y que alcanzan diámetros de hasta centenares de kilómetros. Las plumas mantélicas, pueden calentar la base de la corteza, fundiéndola, abombándola y rompiéndola, lo cual deja escapar el magma al exterior.
| Volcanismo intraplaca. Formación de cadena de volcanes por el movimiento de placa tectónica sobre un punto caliente fijo.
FIGURA DE ROMINA GUTIÉRREZ
Los puntos calientes pueden permanecer por millones de años y en lugares donde ha persistido una pluma del manto durante largos períodos, se puede formar una cadena de volcanes a medida que la placa tectónica se mueve por encima de este punto fijo, por lo tanto los volcanes muestran una progresión en su edad. Algunos ejemplos de este tipo de vulcanismo son las islas de Hawaii y las islas Canarias.
Referencias
Colón, G. (1962). El „Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana“ de Corominas. Notas de lexicografía y etimología hispánicas. Zeitschrift Für Romanische Philologie (ZrP), 78(1-2). doi:10.1515/zrph.1962.78.1-2.59
Etimología de Chile. (s.f.). Volcán. Link
Tarbuck, E.J., Lutgens, F.K., y Tasa,D.(2005). Ciencias de la Tierra, una introducción a la geología física, Madrid, España: Pearson Prentice Hall.